Me voy tres meses y todo se va al carajo
Me evado del mundo real, el de las ocupaciones, los pagos, los diálogos sobre el clima y de los que tocan bocina en un embotellamiento y me sumerjo hasta ahogarme en un nuevo cosmos, verde y de 120 metros por 90 como máximo, en donde el sol es de cuero y cabe en mi empeine.
Como diría Fray Luis de León:
Por quinto mundial consecutivo reniego de ver el partido por el Tercer Puesto.
Todos lo hacen.
Como buen anfitrión, el viejo Oliver recibe en su hogar a David, el de la chiva franco argentina.
:: El niño Torres es un crack.